Lo que vamos a iniciar no es ni más ni menos que
una disertación filosófica (con perdón de Aristóteles, Platón y tantos
otros).Primero: deberíamos hablar de 3 categorías más que de 2: los cerveceros
caseros, las minicervecerías y las cervecerías industriales.Los cerveceros
caseros somos nosotros: tenemos un equipo más o menos rudimentario que nos
permite -con algo de suerte- repetir de forma más o menos cercana la misma
receta en distintos batches (o producciones).Las minicervecerías (brewpubs,
pequeños fabricantes) tienen un equipamiento más sofisticado que el de los
cerveceros caseros: tanques, bombas, filtros... pero no llegan al nivel de
sofisticación de las cervecerías industriales. Muchas partes del proceso (por
no decir la mayoría) son realizadas de forma manual (adición de grano y lúpulo,
lavado de los instrumentos, etc.) y se busca un perfil personal: la cerveza de
"tal lado" y no "tal marca".Por último, las cervecerías
industriales: un proceso que fabrica miles y miles de litros y donde no hay
tanta gente detrás.
La
mayoría de las etapas están robotizadas o automatizadas y las cantidades y
química de los elementos están controlados minuciosamente. Las cervecerías
industriales buscan bajar costos, aumentar ventas y posicionar marcas. El único
cariño que sienten por su marca es que la gente la tome para ganar más, más
allá de que -obviamente- busquen hacerlo a través de la calidad.La diferencia,
entonces, podría ser ésta: un cervecero
casero hace su cerveza para disfrutarla él o con amigos. Un microcervecero hace
su cerveza para venderla pero también para disfrutarla: quiere que su
"criatura" sea venerada por todos. Un cervecero industrial es un
empresario: no hace la cerveza que más le gusta sino la que más dinero le deja.
Ojo, ninguno de estos "roles" es bueno o malo en sí. Sólo son
diferentes posturas con respecto a un mínimo tema de los millones que hay dando
vueltas.
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